Fullonica
Conjunto templario de San Bevignate
Siglo III-II A.C.
Los trabajos de restauración del Complejo Templario de San Bevignate sacaron a la luz, entre 2008 y 2009, los restos de una fullonica (taller artesanal para el tratamiento de tejidos, así como un raro tipo constructivo de época romana) que se remonta a los siglos III a II a.C. antes de Cristo y conservado en el sótano de la iglesia. El antiguo taller se erigió sobre los restos de una domus o villa suburbana que data de mediados del siglo I a.C., del que aún se puede ver en el lugar un fragmento de mosaico geométrico con relojes de arena alternados con cuadrados.
La fullonica se caracteriza por tener cinco cisternas contiguas (con las paredes perimetrales alisadas casi al nivel del suelo), de diferente forma y tipo, en cuyo interior aún quedan restos de la pigmentación utilizada para teñir los tejidos. Dos cisternas están conectadas entre sí y tienen un pavimento de ladrillo dispuesto en forma de espiga (opus spicatum), mientras que las otras están completamente pavimentadas en cocciopesto (opus signinum).
En concreto, en el fondo de una de ellas hay una concavidad circular, que debía servir como cuenca de recogida o, más probablemente, de prensado. En el recorrido, también se ve una compleja red de canales de mampostería, lo que garantizaba el drenaje de aguas residuales. De hecho, en la fullónica se llevaron a cabo varias actividades que requerían el uso de una gran cantidad de agua: lavar y teñir las telas, a lo que seguía el batanado, es decir, su espesado e impermeabilización.