Cripta
Complejo de museo de San Pietro
Precioso testimonio de los orígenes medievales tempranos de la Basílica de San Pietro, la cripta consta de un entorno similar a una exedra, salpicado por siete arcos de medio punto ciegos. Donde las paredes de los nichos se han derrumbado, podemos ver un deambulatorio detrás del cual se asoman otros nichos: esta estructura, que se remonta a la época otoniana, recuerda las formas de los mausoleos cristianos con una planta central, precisamente el tipo de los Martiria constantinianos. Gregorio Magno recuerda que la primera sepultura de San Herculano, después de su martirio a mediados del siglo VI, fue en San Pietro.
La cripta estaba estrechamente relacionada con una función sepulcral, pero también tenía un papel funcional y litúrgico. Progresivamente privada de su función original, la cripta sufrió numerosas modificaciones hasta el siglo XII. El entorno está adornado con murales con motivos geométricos, figuras de animales e imágenes monstruosas. Destaca un león elaborado con rasgos sintéticos, pero de gran fuerza expresiva y un Crucifijo del siglo XIII que ofrece la iconografía del Christus Patiens de Giunta Pisano.