Apertura al público
Pozo Etrusco
De la mano de la familia propietaria, tres siglos después de la adquisición, la estructura fue abierta al público por primera vez en 1980, iniciando así un proceso de redescubrimiento de la memoria de una obra tan importante como abandonada. Recientemente, tras la adquisición del pozo por la Fondazione Ranieri di Sorbello, que lo recibió como donación de la familia propietaria, el Pozo Etrusco fue objeto de un proyecto destinado a incrementar la calidad de la oferta turística, así como el interés por las raíces históricas de la ciudad.
La restauración ha hecho que el pozo sea aún más utilizable, mejorando su visibilidad, a lo que siguió una ampliación de las áreas de recepción, construidas en algunas salas subterráneas (antiguamente utilizadas como sótanos de los marqueses de Sorbello) de cuyas paredes emergen los restos visibles de los muros perimetrales de la antigua casa-torre de la época medieval destruida para permitir la construcción del Palazzo Sorbello. Sumergirse en las profundidades del Pozo Etrusco es sumergirse en la historia de la ciudad de Perusa, la gente que la fundó y sus misterios, muchos de los cuales están aún lejos de ser revelados.